POR LA COCA Y EL BICA

By PASION X EL LOBO
Después de ocho años se jugará otro clásico del norte en el 23 de agosto; San Martín de Tucumán visitará al Lobo y ambos juegarán por estar más arriba dentro de la zona de descenso, sin descontar que al final de la temporada saldrán a relucir o condenarán a quien sepa ganarlo o tropiece en el intento.
Las dudas para enfrentar al equipo de Carlos Roldán pasan por la mitad de la cancha, Omar Labruna alternó en los ensayos con Ariel Montenegro y Walter Busse, por Daniel Ramasco y Ariel Franco, respectivamente. En tanto, sí está definido que Jorge Luna tendrá, nuevamente, la oportunidad de jugar como titular, para juntarse con César Carranza desde 3/4 de cancha y tirar pelotas al vacío para que Juan Arraya se apodere de ellas.
El Santo, que llega de ser derrotado en la Ciudadela, buscará el triunfo como lo hace siempre como visitante y para ello, su técnico pondrá en cancha lo mejor que tenga a disposición, con Marcos Gutierrez en el arco; viejos conocidos como Germán Noce y Marcelo Quinteros y el veloz Gustavo Ibáñez para acompañar adelante al, numerosas veces contactado para llegar a Gimnasia, Daniel Vega.
Es una buena oportunidad para empezar a patear más de media distancia, y más aún teniendo a Luna y Arraya con confianza. El petiso puede hacerlo desde cualquier sector, ya que utiliza con igual calidad ambas piernas, y el jujeño, de venenoso y potente remate; sumado a la velocidad y proyección que aportarán Busse por derecha y Ricky Gómez, el incansable volante zurdo y tucumano.
El partido crea condiciones en ambos lados, sobre todo para quedarse con la victoria, buscar equilibrio y mantener la categoría, ya que los dos se complicaron los últimos encuentros y no sacaron buenos resultados. Gimnasia no gana desde hace tres partidos y San Martín, hace cinco.
El partido comenzará a las 20.30 (hora Bs. As.) y Juan Pablo Pompei dirigirá el encuentro que será televisado por TyC Max.
Este será un encuentro trascendental, debido a que la presión que trae la importancia de este juego, quizás pueda hacer rodar alguna cabeza y esperemos, no sea la salpicada con canas.

Ignacio Alabí
 

LOS NÚMEROS NO FALLAN

By PASION X EL LOBO
Y van diecisiete partidos perdidos ante el equipo de Liniers, pero además Gimnasia no demostró a qué apunta cada vez que juega como visitante; esta vez cayó 2 a 0 ante Vélez, con goles Darío Ocampo y Nicolás Cabrera, y decepcionó por lo pasivo de su juego y la falta de proposición para imponer el ritmo, aún como visitante.
El panorama es conocido. Cada vez que Gimnasia visita un rival, como un buitre en Somalia, espera, los restos que su rival se olvida o deficiencias evidentes de las cuales no pueden zafar para adueñarse de la pelota y ganar el juego(sucedió con Arsenal teniendo dos jugadores de más).
El partido fue, por momentos, entretenido; con una elevada temperatura en Buenos Aires, el local atacó, el Lobo resistió y capturó alguna pelota para contraatacar que terminó mal definida por David Ramírez y los dirigidos por Omar Labruna se reconfortaron al finalizar el primer tiempo, ya que un remate dentro del area de Roberto Nanni que pegó en el poste y un disparo lejano pero bien dirigido de Alejandro Cabral que pasó cerca del ángulo, sirvieron para hacer comunión de derrota parcial.
Juan Arraya continuó mal acompañado durante el segundo tiempo, pero además el incansable y velóz Ricky Gómez estuvo bien contenido en la izquierda por Cabrera, de gran partido.
En consecuencia, el partido decaía para los visitantes, que con el ingreso de Darío Ocampo claudicó en la media hora del complemento cuando el petiso recibio un cabezazo de atrás hacia adelante que recabeceó al palo derecho de Gastón Pezzuti.
Con Jorge Luna en cancha el equipo no supo aprovechar el espacio generado por el ex Armenio, debido a que Mauricio Ferradas (ingresado por Arraya) no tuvo los suficientes minutos como para hacer pie en la cancha.
Ya en tres minutos de descuento Nicolás Cabrera recibió sólo por derecha y definió suave pero lejos de las posibilidades de Pezzuti. Derrota merecida.
O Labruna miente o el equipo no le hace caso, pero cada vez que Gimnasia juega fuera del 23 de agosto, no demuestra ninguna necesidad de llevarse por delante a su rival.
Mendigar migajas es muy poco, tanto que cabe la posibilidad de morir esperando. Es digno morir intentando ganar.


Ignacio Alabí