"...Y EN LA SÉPTIMA FECHA RESUCITÓ ENTRE LOS MUERTOS..."

By PASION X EL LOBO
Trago de fortaleza para Gimnasia que venció a Argentinos en su cancha por 1 a 0 con gol de Juan Arraya y ganó como visitante luego de: Dos carnavales; ciento cuarenta y nueve clausuras del único baño de "Luisiño", dos pecados de Ratzinger, veinticinco partidos, un año, cinco meses y un día.
Fue destacadísima la tarea grupal: El medio campo y la defensa propusieron un cierre hermético que imposibilitó los ataques de los locales que se desintegraban en saques de arco o eran aprovechados como contraataques por las bandas, cerrandose en el centro del area rival.
Diego Mateo y Santiago Ladino realizaron un trabajo fundamental para el triunfo del Lobo. El volante central corrió hasta el minuto noventa y cuatro, y el ex Vélez ganó todo por arriba y por abajo en cada pelota que disputó.
Se sumaron con actuaciones sobresalientes, Garbiel Loeschbor, Daniel Ramasco y Silvio Iuvalé.
Argentinos atacó pero sin racionalidad y cada vez que estuvo cerca del area visitante, Gastón Pezzutti se encargó de profanarles la ocurrencia de quitarles la victoria a los dirigidos por el premonitorio Héctor Arzubialde, quien una semana atrás había auguriado semejante triunfo.
El gol de Arraya llegó tras una pared con Walter Busse que recibió casi en el area chica y definió con un toque de derecha por sobre el cuerpo de Sebastián Torrico.
Para aguantar la pelota y el triunfo, Arzubialde hizo ingresar a Jorge Luna y a Diego Miranda para acompañarlo, pero el local entregó el partido cuando continuó atacando con la misma ineptitud con la cual comenzó y cuando los insultos de la platea adjuntaron la renuncia de su técnico, Claudio Vivas.
Quedó claro que si funciona sobresalientemente un jugador por línea, el equipo tendrá fuertes aspiraciones para ganar en cualquier cancha, y dada la irregularidad del campeonato, los jugadores regulares luchadores prevalecerán por sobre los irregulares talentosos.

Ignacio Alabí