HASTA LA VICTORIA, A VECES...
Luego de seis partidos sin perder como local, Gimnasia cayó ante Arsenal por 1 a 0 y jugó un partido malo; no supo por dónde atacar y le convirtieron por una falta innecesaria, cometida por Gabriel Loeschbor, a seis metros de la media luna.
El partido fue feo, no hubieron muchas llegadas a los arcos y y cada vez que el lobo tenía esa posibilidad, Juan Arraya no estuvo preciso para definir o asistir.
Arsenal no hizo mucho para quedarse con el triunfo, pero aprovechó a Luciano Leguizamón que ejecutó un exquisito tiro libre en la mitad del complemento y con eso le alcanzó a los dirigidos por Daniel Garnero para esperar de contra y defender el triunfo parcial que culminó en final.
Gimnasia sintió la ausencia de César Carranza, ya que no había enlace entre los delanteros y los volantes, y es eso lo que el petiso sabe hacer cuando la pelota no llega limpia al pié de los delanteros.
Se derrumbó la imagen férrea de el equipo imbatible en su cancha, pero esta se vislumbró ante Banfield cuando el equipo ganó sin haberlo elaborado.
Vehemencia o demencia para enfrentar al próximo rival. Se puede recuperar el quiebre.
Ignacio Alabí
El partido fue feo, no hubieron muchas llegadas a los arcos y y cada vez que el lobo tenía esa posibilidad, Juan Arraya no estuvo preciso para definir o asistir.
Arsenal no hizo mucho para quedarse con el triunfo, pero aprovechó a Luciano Leguizamón que ejecutó un exquisito tiro libre en la mitad del complemento y con eso le alcanzó a los dirigidos por Daniel Garnero para esperar de contra y defender el triunfo parcial que culminó en final.
Gimnasia sintió la ausencia de César Carranza, ya que no había enlace entre los delanteros y los volantes, y es eso lo que el petiso sabe hacer cuando la pelota no llega limpia al pié de los delanteros.
Se derrumbó la imagen férrea de el equipo imbatible en su cancha, pero esta se vislumbró ante Banfield cuando el equipo ganó sin haberlo elaborado.
Vehemencia o demencia para enfrentar al próximo rival. Se puede recuperar el quiebre.
Ignacio Alabí